martes, 24 de noviembre de 2015

¿Por qué hacer pesas si no quiero estar muscular?


La realidad actual es muy diferente. A nadie se le escapa que hombres y mujeres somos biológicamente diferentes, pero las prácticas que ayudan a incrementar nuestro bienestar no son exclusivas de ningún género.

Estas son algunas razones por las que mujeres también deberían dar una oportunidad a los entrenamientos de fuerza con pesas (si es que todavía no lo han hecho).
Olvidar mitos

Hormonalmente las mujeres tienen menor predisposición al desarrollo muscular y que difícilmente se excederán si no lo pretenden

Muchas mujeres huyen de este tipo de entrenamientos por miedo a un excesivo crecimiento muscular. Una idea errónea. La realidad es que hormonalmente las mujeres tienen menor predisposición al desarrollo muscular y que difícilmente se excederán si no lo pretenden. Daniel Escaño Martín, especialista en nutrición y alto rendimiento deportivo, y director del gabinete NutriciónDe, lo explica así: “En primer lugar, un aumento importante de la masa muscular no solo requiere de una predisposición genética, también de una muy buena disciplina de entrenamiento y una muy cuidada alimentación. El aumento de masa muscular es muchísimo más complejo que la pérdida de peso tal y como popularmente se entiende. Si se diese el caso de una paciente que con extrema facilidad desarrolla una masa muscular exagerada, más que un problema yo lo vería como una oportunidad para que se convierta en deportista de élite. No se puede extrapolar a población general una idea asociada al fisicoculturismo donde el componente químico exógeno (sustancias al margen de la alimentación común) juega un papel fundamental en el aumento de la masa muscular”.

Los entrenamientos de fuerza con pesas contribuyen a deshacerse de la grasa eficazmente. “Para adelgazar lo más importante es obtener el mejor balance calórico, es decir, ser capaz de gastar más energía de la que se ingiere”, recuerda Ignacio Refoyo Román, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y director en funciones del departamento de Deportes de la Universidad Politécnica de Madrid. “Y con los entrenamientos de fuerza se aumenta el tejido contráctil, lo que va a contribuir a que haya más capacidad de trabajo y un mayor gasto de energía”, resume Román.
Contra la osteoporosis



Un buen trabajo muscular se asocia a una mayor fijación de calcio por parte del hueso donde se fija ese grupo muscular

Daniel Escaño, especialista en nutrición y rendimiento deportivo

La osteoporosis es un trastorno crónico que provoca que los huesos se debiliten y se hagan más susceptibles a una fractura. Según la Fundación Internacional de Osteoporosis, 22 millones de mujeres mayores de 50 años sufren esta patología en la UE. Y afecta más a mujeres que a hombres: en concreto, en España, alrededor de dos millones de mujeres la padecen, con una prevalencia en la población postmenopáusica del 25% (uno de cada cuatro). Y, aproximadamente, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida restante, según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Los entrenamientos de fuerza con pesas fortalecen tendones y huesos. “Un buen trabajo muscular se asocia a una mayor fijación de calcio por parte del hueso donde se fija ese grupo muscular, y los riesgos de mineralización ósea asociados a estados fisiológicos como la lactancia, embarazo o la menopausia pueden mitigarse con un buen trabajo de fuerza”, aclara Escaño.
Y (encima) puede ser divertido

Si no le seduce la idea de realizar una rutina de pesas tradicional, en la mayoría de los gimnasios existen clases colectivas que combinan los entrenamientos de fuerza (con cargas medias y aparatos adaptados) con ejercicio aérobico. Por lo que tendrá difícil encontrar una disculpa para no hacer ejercicio y mantenerse en forma.





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