La realidad actual es muy diferente. A nadie se le escapa
que hombres y mujeres somos biológicamente diferentes, pero las prácticas que
ayudan a incrementar nuestro bienestar no son exclusivas de ningún género.
Estas son algunas razones por las que mujeres también
deberían dar una oportunidad a los entrenamientos de fuerza con pesas (si es
que todavía no lo han hecho).
Olvidar mitos
Hormonalmente las mujeres tienen menor predisposición al
desarrollo muscular y que difícilmente se excederán si no lo pretenden
Muchas mujeres huyen de este tipo de entrenamientos por
miedo a un excesivo crecimiento muscular. Una idea errónea. La realidad es que
hormonalmente las mujeres tienen menor predisposición al desarrollo muscular y
que difícilmente se excederán si no lo pretenden. Daniel Escaño Martín,
especialista en nutrición y alto rendimiento deportivo, y director del gabinete
NutriciónDe, lo explica así: “En primer lugar, un aumento importante de la masa
muscular no solo requiere de una predisposición genética, también de una muy
buena disciplina de entrenamiento y una muy cuidada alimentación. El aumento de
masa muscular es muchísimo más complejo que la pérdida de peso tal y como
popularmente se entiende. Si se diese el caso de una paciente que con extrema
facilidad desarrolla una masa muscular exagerada, más que un problema yo lo
vería como una oportunidad para que se convierta en deportista de élite. No se
puede extrapolar a población general una idea asociada al fisicoculturismo
donde el componente químico exógeno (sustancias al margen de la alimentación
común) juega un papel fundamental en el aumento de la masa muscular”.
Los entrenamientos de fuerza con pesas contribuyen a
deshacerse de la grasa eficazmente. “Para adelgazar lo más importante es
obtener el mejor balance calórico, es decir, ser capaz de gastar más energía de
la que se ingiere”, recuerda Ignacio Refoyo Román, doctor en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte y director en funciones del departamento de
Deportes de la Universidad Politécnica de Madrid. “Y con los entrenamientos de
fuerza se aumenta el tejido contráctil, lo que va a contribuir a que haya más
capacidad de trabajo y un mayor gasto de energía”, resume Román.
Contra la osteoporosis
Un buen trabajo muscular se asocia a una mayor fijación de
calcio por parte del hueso donde se fija ese grupo muscular
Daniel Escaño, especialista en nutrición y rendimiento
deportivo
La osteoporosis es un trastorno crónico que provoca que los
huesos se debiliten y se hagan más susceptibles a una fractura. Según la
Fundación Internacional de Osteoporosis, 22 millones de mujeres mayores de 50
años sufren esta patología en la UE. Y afecta más a mujeres que a hombres: en
concreto, en España, alrededor de dos millones de mujeres la padecen, con una
prevalencia en la población postmenopáusica del 25% (uno de cada cuatro). Y,
aproximadamente, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores
de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida restante, según datos
de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Los entrenamientos de fuerza con pesas fortalecen tendones y
huesos. “Un buen trabajo muscular se asocia a una mayor fijación de calcio por
parte del hueso donde se fija ese grupo muscular, y los riesgos de
mineralización ósea asociados a estados fisiológicos como la lactancia,
embarazo o la menopausia pueden mitigarse con un buen trabajo de fuerza”,
aclara Escaño.
Y (encima) puede ser divertido
Si no le seduce la idea de realizar una rutina de pesas
tradicional, en la mayoría de los gimnasios existen clases colectivas que
combinan los entrenamientos de fuerza (con cargas medias y aparatos adaptados)
con ejercicio aérobico. Por lo que tendrá difícil encontrar una disculpa para
no hacer ejercicio y mantenerse en forma.
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